Llega el verano, eres de los pocos a los que no les afecta la crisis y tu cuenta corriente te permite unas vacaciones, o bien tienes un primo, un ligue, amigo o cuñado que vive en Bizkaia y decides hacerle una visita, gorronearle una cama y pasar unos días de verano haciendo turismo por Euskadi. Además, eres uno de esos personajes raros a los que les gusta documentarse, leer un poquito de historia de los lugares que recorres e intentas entender la idiosincrasia de la zona. Como no podía ser de otra manera, Bilbao es uno de los puntos fuertes de tu visita, así que te vas al todopoderoso gugle y escribes “Historia de Bilbao” y ala, aparece un listado de 13.400.000 páginas (o más), todas con sus añitos, nombres, siglos, sagas familiares y mapitas. Esta es una opción como otra cualquiera si eres un “fantasma” y vas por la vida aburriendo al personal citando fechas sin ningún criterio. También puede ocurrirte que antes de venir a esta hermosa villa, ya te hayas aburrido con tanto dato.
Pero yo tengo una alternativa que te va a molar: cómprate La ciudad de los ojos grises de Félix G. Modroño, 18 euritos de nada en una edición más que aceptable y te ofrezco:
- Una perfecta síntesis de la historia de Bilbao de los últimos 150 años, que para sí la querría más de un catedrático.
- Una novela negra bien escrita, perfectamente estructurada, con asesinatos, intrigas familiares, pesquisas policiales, personajes oscuros, sirimiri… una historia que garantizo que no te va a dejar indiferente.
Te quejarás. ¿Acaso se puede pedir más a un libro?
Las primeras 120 páginas de La ciudad de los ojos grises nos describen el Bilbao de finales del siglo XIX, con apenas 18.000 habitantes, hasta que se produce un impacto brutal por la revolución siderúrgica y del acero, pasando a 100.000 habitantes en apenas veinte o treinta años. El Bilbao antiguo, el Casco Viejo como lo conocemos ahora, se queda pequeño y una serie de arquitectos e ingenieros reciben el encargo de diseñar un Bilbao moderno al otro lado del Nervión, que de salida al ingente número de inmigrantes que continuamente se dejan caer con sus vidas calamitosas, llenas de miseria, buscando una prosperidad que no acaba de llegar, con graves problemas de salubridad, cifras de mortandad infantil inasumibles, prostitución, alcoholismo, delincuencia… una especie de ciudad sin ley que se abre paso entre el chabolismo que se va asentando en las colinas que rodean la Villa. En esta primera parte nos muestra lo que era Bilbao allá por 1875, junto con ese proyecto del “nuevo” Bilbao que nos permite compararlo con el actual. No me digáis que no es un marco impresionante para una novela negra.
En esta primera parte del libro nos presenta a los personajes a la vez que nos va representando el palpitar de la ciudad, describiendo sus edificios señoriales, el teatro Arriaga, la burguesía local, el progreso de unos astilleros, las fábricas que se aglutinan alrededor de los yacimientos de hierro… Al lector le permitirá beber la historia de la provincia de una manera amena e inteligente, alternando estos datos con la representación de la trama y los protagonistas. Nos habla de los edificios y de las calles que se van construyendo poco a poco, que al turista/visitante/habitante del siglo XXI le permite pasear por la ciudad valorando la extraordinaria transformación de la Villa. Una pasada.
Después llega una segunda parte, donde toma protagonismo la propia historia policíaca, y cuyo protagonista, Alfredo Gastiasoro, arquitecto autoexiliado en París por un amor no correspondido, regresa a su Bilbao natal para investigar el asesinato de Izarbe (me encanta este nombre), su amada, siendo partícipe del imparable cambio de la villa, mientras sus pesquisas policiacas le van llevando de sorpresa en sorpresa y donde su pasado toma especial relevancia.
Y por fin, podríamos decir que tenemos la tercera parte de la novela con el desenlace, que me lo guardo para no desvelar ningún misterio.
Y ojito, que la historia, la narración, los diálogos… está todo muy bien contado.
Me dirás que nos es atractiva la propuesta.
Por cierto, si tienes la suerte de ser de Bilbao, también te recomiendo que te compres La ciudad de los ojos grises, más que nada porque vas a descubrir tu ciudad, y desconozco con qué color la mirarás tras su lectura, pero sí te aseguro que esa mirada cambiará, seguro que con mucho más respeto y cariño.
Si no eres de Bilbao y tampoco tienes pensado visitarnos en breve (esto último me lo replantearía de inmediato), también deberías leer La ciudad de los ojos grises, porque la historia te va a atrapar y porque aprenderás sobre una villa que no te dejará indiferente.
Huyendo de estereotipos, mediante La ciudad de los ojos grises descubrirás que Bilbao es mucho más que el Guggenheim, te ayudará a entender la extraordinaria transformación de Bizkaia, de la pequeña población que fue cómo se convirtió en una potencia industrial europea, qué digo europea, ¡¡del universo!! (que somos de Bilbao), hasta la villa enfocada a los servicios en que nos hemos convertido en la actualidad. Innumerables metamorfosis en apenas siglo y medio.
Dudo que haya alguna ciudad en el estado que haya sufrido cambios tan significativos en tan poco tiempo, apenas unas generaciones nos separan de aquellas siete calles que formaban el antiguo Bilbao.
Aprovecho para agradecer a su autor, Félix G. Modroño, su esfuerzo por haber creado esta historia. Regalo seguro en próximos cumpleaños, compromisos varios y el tradicional amigo invisible navideño.
Por poner una pega… un friki como yo hubiese agradecido las reseñas bibliográficas de las que se ha servido Félix G. Modroño para documentarse.
Merienda para la lectura: si no escojo nuestro emblemático bollo de mantequilla, me lapidan. En un alarde humanitario, os dejo el link de la receta del crack David de Jorge.
Si has leído La ciudad de los ojos grises de Félix G. Modroño, seguro que te ha gustado.¿Me ayudas a convencer al resto para que lo lea? Cuéntanos tus impresiones sobre el libro. Eskerrik asko!!